Soft Skills: La Revolución Emocional Clave del Éxito

Tal y como comentaba en mi artículo “¿Y ahora qué?: Gestión de un entorno VUCA”, las Soft Skills o habilidades blandas, juegan un papel crucial a la hora de alcanzar el éxito tanto en el contexto personal como profesional, y son muchos los estudios e investigaciones los que corroboran esta tendencia.

Algunos de ellos son, la investigación realizada a nivel mundial por “The Consortium for Research on Emotional Intelligence in Organizations”, la cual expone que el Cociente del Éxito depende un 23% de nuestras capacidades intelectuales, y el resto, un 77%, se debe a las aptitudes emocionales, datos que encajan estrechamente con el estudio “Soft Skills 4 Talent” realizado por Manpowergroup, donde manifiesta que la investigación puso un mayor énfasis en la influencia de las competencias sociales en un entorno laboral en constante evolución. 

Además, como he comentado en otras ocasiones, Daniel Goleman, padre de la Inteligencia Emocional, ya hizo alusión en su momento sobre la importancia de estas habilidades. Por ello, hablar de Soft Skills sin mencionar antes las «emociones» sería como empezar la casa por el tejado, pues el Desarrollo y la Gestión Emocional es la base y la esencia de estas competencias tan demandadas actualmente. 

Entonces, partiendo de la base de que las Soft Skills son las capacidades que se generan en la parte emocional del cerebro, ¿cuál sería la forma ideal para desarrollarlas? 

Existen dos niveles que debemos tener muy en cuenta a la hora de potenciar estas capacidades, los cuales debemos respetar en el orden indicado. En primer lugar se debe trabajar a nivel interior, a través del autoconocimiento y, posteriormente, a nivel exterior a través de las relaciones.

Técnicamente hablando, los conceptos y la ecuación seguirían el siguiente orden:

Inteligencia Intrapersonal: Es la capacidad que tenemos para entendernos a nosotros mismos, como reaccionamos ante nuestros pensamientos y emociones, así como detectar nuestros defectos y virtudes.

Entre las principales cualidades de las personas con esta inteligencia desarrollada podemos destacar: Autocontrol, autodisciplina, autoestima, motivación, consciencia o autocomprensión.

Inteligencia Interpersonal: Es la capacidad que tenemos para desenvolvernos de forma óptima en el entorno social y como entendemos la forma de ser de los demás.

Es aquí donde entran en juego las Soft Skills, las cuales nos generan un alto rendimiento en cuanto a nuestras cualidades relacionales. Las más comunes y demandadas son: Asertividad, Resiliencia, Gestión de Conflictos, Liderazgo Emocionalmente Inteligente, Adaptabilidad, Pensamiento Crítico o Empatía. 

Bien, pongamos un breve ejemplo, digamos que queremos mejorar nuestra Asertividad. En términos generales, una persona asertiva es aquella que se comunica de forma sincera y óptima con los demás, defendiendo su opinión o punto de vista, mientras respeta en todo momento la forma de pensar y derechos de los demás.

¿Qué cualidades tienen las personas que se comunican de forma asertiva? 

Como base, la autoestima y confianza en sí mismos, es decir, capacidades intrapersonales. Por ello, si no tienes ambas bien equilibradas, muy difícilmente podrás desarrollar una comunicación asertiva.

¿Cómo puedo demostrar mis Soft Skills en una entrevista de trabajo? 

La base de toda entrevista de trabajo es la comunicación, tanto verbal, como no verbal, pero hay que tener muy en cuenta que esta última es sumamente importante. Por lo tanto, todo dependerá de nuestra destreza a la hora de equilibrar ambas,  es decir, acompañar con nuestro lenguaje no verbal lo que estamos contando.

Prestigiosos psicólogos como Gregory Bateson o Albert Mehrabian, afirman que el Comportamiento No Verbal supone el 93% de la comunicación en una conversación. Con lo cual, esto quiere decir que nuestros gestos, posturas y forma de actuar, influencian directamente en lo que otras personas sienten y piensan sobre nosotros, y es por este motivo que debemos aprender a gestionarlas y ajustarlas a nuestro lenguaje verbal, ya que de esta forma podremos sacarle el mayor provecho a nivel profesional y personal.

Por otro lado, y no menos importante, tenemos nuestra historia, la cual irá sustentada por supuesto por nuestra forma de comunicarla, es decir, de contarla. Considero que la mejor forma de preparar una entrevista de trabajo es pensar detalladamente en todas nuestras experiencias profesionales y personales, y algunas preguntas que te pueden ayudar son, ¿Cómo he llegado hasta aquí?, ¿Qué decisiones he tomado a lo largo de mi vida para estar en este lugar?, ¿Cuál es mi objetivo personal/profesional?

En definitiva, detrás de todas estas preguntas, encontramos nuestra experiencia y camino hasta lo que somos hoy, por ello, tener claro nuestra historia nos ayudará notablemente a responder las preguntas abiertas y cerradas que nos hagan durante una entrevista de trabajo. Ya que entender cómo hemos asimilado y reaccionado a cada situación que nos hemos enfrentado a lo largo de nuestra vida, sin duda aportará un gran valor a nuestro autoconocimiento y consciencia.

 ¿Qué herramienta puede ayudarme a desarrollar y potenciar estas capacidades?

Indudablemente y como he expresado en otras ocasiones el Proceso de Coaching, una poderosa herramienta que facilita a través de múltiples dinámicas los métodos de aprendizaje y estrategias para el autoconocimiento, garantizando un cambio durante el proceso.

Además, entre otros muchos beneficios y ventajas, el Coaching nos ayuda a definir y trazar el camino para alcanzar nuestros objetivos a través de la autonomía y el empoderamiento.

El Proceso de Coaching puede proporcionarnos numerosos beneficios, por destacar algunos, los más acordes al tema en cuestión, serían:

• Mejora la autoconsciencia y el autoconocimiento
• Facilita herramientas de gestión emocional
• Genera empoderamiento y responsabilidad en la toma de decisiones
• Desarrolla la comunicación y el liderazgo

Dedicaremos más adelante un artículo completo al “Proceso de Coaching”, y veremos cómo esta herramienta puede convertirse en la forma de gestionar nuestro día a día.