La Experiencia del Empleado Post Covid-19 es uno de los grandes retos a los que se enfrentan las organizaciones en la actualidad, y es que desde hace unos años, viene consolidando un papel muy importante dentro de la estrategia de Gestión de Recursos Humanos, ya que son muchos los estudios que están afirmando como el desarrollo de la Experiencia del Empleado tiene un impacto positivo en la productividad y los resultados del negocio.
Uno de los informes anuales más relevantes sobre Tendencias de Capital Humano en las Organizaciones es el de Deloitte, siendo concretamente en el “Human Capital Trends 2017” donde ya se hace referencia a la importancia de desarrollar una adecuada Experiencia del Empleado.
Otro informe destacado que también arroja peso a esta conjetura es “The Econmist – La Experiencia del Trabajo”, el cual expone que cuanto más comprometidos estén los empleados con su trabajo, mayor es la probabilidad de que contribuyan al éxito de la organización, siendo más productivos, innovadores y con mayor iniciativa.
Desde un punto de vista muy sencillo, se puede traducir esta tendencia muy brevemente en una simple regla:
“Si cuidas de tus empleados, tendrás unos empleados más felices, por lo tanto, se convertirán en empleados comprometidos con la organización y esto generará mejores resultados”.
¿Pero, cómo se lleva a la realidad esta estrategia de Experiencia del Empleado?
Esta es una de las preguntas que nos hicimos mis compañeros y yo, cuando decidimos hacer el Trabajo de Fin de Máster sobre la “Employee Experience” para el Máster de Dirección de Recursos Humanos de EAE Business School.
Para realizar la investigación nos basamos en el libro del autor Jacob Morgan, «The Employee Experience Advantage». Por lo que, siguiendo la línea del estudio en cuestión, veamos de que trata este concepto. «Para los más curiosos, dejaré adjunto el TFM para que podáis leerlo al completo si os resulta interesante».
Bien, entonces, por Employee Experience entendemos:
“Todas las interacciones que una persona experimenta con la organización, desde el primer contacto como candidato, hasta la última interacción a su salida de ella. Basadas en tres dimensiones críticas: Cultura, Tecnología y Espacios Físicos de Trabajo”.
En palabras de Jacob Morgan (2017), sería “la intersección de las expectativas, necesidades y deseos de los empleados y el diseño organizativo de esas expectativas, necesidades y deseos”.
Por ello, comprendiendo que los componentes de la Experiencia del Empleados se basan en las tres dimensiones mencionadas anteriormente, la cuestión ahora es:
¿Cómo impactará el Covid-19 en la Experiencia del Empleado?
Es evidente que todo dependerá de muchos factores, como el sector, por ejemplo, pero en términos genéricos y en base a la teoría, el impacto tendrá unos efectos en común, en cuanto a las tres dimensiones, que inevitablemente obligará a las organizaciones a reinventarse.
#Tecnología
La dimensión tecnológica sale reforzada de esta situación, ya que se ha convertido en un imprescindible para la viabilidad y supervivencia de las organizaciones, por lo que su desarrollo acorde a las necesidades de los empleados y el mercado no es discutible.
La tecnología será la clave en la flexibilidad de las empresas para adaptarse a las nuevas necesidades y la crisis del Covid-19, sin duda, el impulso de la digitalización.
#Cultura
La Cultura organizacional es la dimensión con mayor importancia, puesto que nada influye más en la Experiencia del Empleado que la calidad del liderazgo y la estructura organizativa.
Por tanto, se deberá ajustar a la nueva realidad, haciendo gran hincapié y siendo ágiles en la Gestión del Cambio, Innovación de nuevas rutinas, metodologías de trabajo y Flexibilidad. Teniendo como herramienta estrella y mejor aliada la Comunicación.
#EspaciosFísicos
La dimensión de los Espacios Físicos de Trabajo es la que se está viendo más alterada y afectada a corto plazo. Tanto las nuevas medidas de seguridad, como la clara inclinación hacia el teletrabajo, están teniendo un impacto considerable en el concepto que teníamos de entorno físico de trabajo moderno.
Las oficinas se tendrán que adaptar sus espacios para garantizar la seguridad y salud de los empleados, impactando de lleno en los espacios colaborativos y comunes de trabajo en equipo.
Además, la revolución tecnológica está proporcionando las herramientas suficientes para facilitar este proceso de cambio y está generando una tendencia muy creciente hacia la libertad de trabajar cuando, donde y como quiera.
¿Qué rumbo deben tomar las empresas en cuanto a la Experiencia del Empleado?
Aquí se abre un debate con muchas reflexiones y opiniones, que a mi parecer solo podremos probar con el tiempo.
Pero, en lo que a mí respecta, la cultura organizacional será la piedra angular en la adaptación a la era Post Covid-19. Sin duda, aquellas que ya están trabajando en esta nueva panorámica ganarán ventaja y la carrera en atraer y retener el talento.
Como factor clave destacaría el salario emocional. Una gestión más humana y empática mantendrá y aumentará la satisfacción y el compromiso de los empleados, y no hay duda que esto contribuirá a salir fortalecidos de esta situación.
Otros puntos claves y estratégicos para poner rumbo hacia esta transformación serían la Salud, Digitalización y el Teletrabajo.
Por supuesto, debemos tener muy en cuenta la importante función y rol que debe adoptar Recursos Humanos, pues acompañar y ayudar a los empleados en su bienestar físico, emocional y mental, no será tarea fácil y, se convertirá en uno de sus principales objetivos.
Y vosotros, ¿qué opináis?