Como ya comenté en artículos anteriores, las Soft Skills son cada vez más relevantes para gestionar y afrontar el entorno VUCA, pero es cierto que, entre todas ellas, la Resiliencia se ha hecho especialmente imprescindible para movernos en un marco tan cambiante como el actual.

Hablar de Resiliencia en los tiempos que corren y sobre todo en el entorno laboral se ha hecho viral. De hecho, si la Resiliencia fuese una canción, podríamos decir que estamos ante un auténtico Hit.

Lo que me sorprende es que se ha vuelto un término tan comercial que parece que es algo que podemos comprar o que podemos activar simplemente pulsando un botón, y ya quisiéramos que fuera así.

La resiliencia es algo que desarrollamos a lo largo de la vida a través de nuestras experiencias y la forma en cómo las gestionamos, es decir, cómo reaccionamos a ellas. De modo que, todos tenemos la capacidad de sobreponernos a las adversidades, pero no todos lo hacemos de igual manera, es decir, con el mismo grado de capacitación, y es aquí donde esta la diferencia entre las personas resilientes y las no resilientes. Las primeras tienen un grado de gestión y equilibrio emocional mayor que las segundas.

Siendo así, estamos ante una competencia la cual podemos y debemos desarrollar durante nuestro proceso de crecimiento personal, de manera que cuanto antes nos pongamos a tomar conciencia y trabajar con ella mejor.

Antes de continuar con el post, veamos primero cual es el significado y origen de la palabra.

 

¿Qué es la Resiliencia?

 

Etimológicamente la palabra proviene del latín, del verbo resilio, resilire, que significa saltar hacia atrás, rebotar, es decir, volver a la normalidad.

El origen de su utilización está relacionado con el campo de la física, donde se le denomina como “la capacidad de un material, mecanismo o sistema para recuperar su estado inicial cuando ha cesado la perturbación a la que había estado sometido”.

Actualmente, en el campo de la psicología se define como “la capacidad humana para afrontar situaciones adversas, adaptándose y saliendo fortalecido de ellas”.

Entonces, podríamos decir que “las personas resilientes son aquellas que tienen la habilidad de superar situaciones adversas con éxito y, además, evolucionar positivamente con ellas”.

De manera que, como hemos comentado anteriormente, estamos ante una habilidad que se caracteriza por comprender una serie de cualidades que no son innatas, si no que vamos desarrollando desde una edad muy temprana hasta la madurez, siendo muy probable que tengamos más desarrolladas unas cualidades que otras.

Lo ideal es detectar estos aspectos para poder equilibrar y/o reforzar aquellos que lo precisen, siendo muy importante no intentar abarcar todos a la vez, ya que finalmente están interrelacionados entre ellos y lo conveniente es comenzar en orden, desde los pilares.

 

¿Cuál es la clave para dar sentido a la adversidad?

 

 

Viktor Frankl, psiquiatra y escritor que estuvo interno durante la II Guerra Mundial en Auschwitz y otros campos de concentración, cuenta en una de sus destacadas obras, «El hombre en busca del sentido», que la clave para dar sentido a la adversidad es aprender a convivir con ella, y para ello, debemos aceptar, afrontar y encontrar un sentido a todas las situaciones que nos producen sufrimiento.

Entonces, ¿cómo podemos lograr adquirir esta capacidad? Desarrollando estas 5 cualidades que he agrupado para ello y que forman parte de las personas resilientes.

#Autoconocimiento

“De todos los conocimientos posibles, el más sabio y útil es conocerse a sí mismo” – William Shakespeare

El autoconocimiento es el punto de partida del desarrollo personal, la base sobre la que forjaremos cualquier tipo de crecimiento y evolución. Así lo decían los antiguos filósofos griegos y así lo mantienen los expertos actuales.

Conocerse a uno mismo no es una tarea fácil, ya que pone completamente en juego nuestra racionalidad y miedos, pero tampoco es una tarea imposible, pues existen herramientas y procesos, como el Coaching por ejemplo, que facilitan métodos de aprendizaje y estrategias para el autoconocimiento.

Si uno no logra tener autoconocimiento, ser consciente de las propias fortalezas y debilidades, aprender a identificar sus estados de ánimo y cómo influyen en su comportamiento, muy difícilmente podrá controlar sus reacciones de forma productiva.

#Autoconfianza

“Quien vence a los demás es fuerte. Quien se vence a sí mismo es poderoso” – Lao Tsé

Las personas que confían en sí mismo, es decir, que tienen una alta autoestima, indudablemente tienen una mayor capacidad para sobreponerse a situaciones adversas y esto implica directamente tener una mayor resiliencia.

Trabajar la confianza en uno mismo mejora la estabilidad mental, refuerza la toma de decisiones y, fortalece y desarrolla la seguridad, haciéndonos sentir más preparados para afrontar nuevos retos.

#Actitud

“Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento” – Viktor Frankl

Debemos partir de la base que en la vida todo es cuestión de actitud. Está claro que nos encontramos diariamente con muchos factores externos que no podemos controlar, pero de lo que no hay duda, es que tenemos el poder de decidir cómo dejamos que estos impacten en nuestra vida.

Y así lo explica la teoría del principio 90/10 de Stephen Covey, donde afirma que el 10% de la vida está relacionado con lo que nos pasa, y el 90% restante está relacionado con la forma en cómo reaccionamos a esto.

Con lo cual, mantener una buena actitud ante las situaciones que nos acontecen es muy importante. Debemos saber encontrar el lado bueno de las cosas, el aprendizaje que nos aporta cada experiencia a través de una buena agilidad emocional.

Por otra parte, para aclarar conceptos, cuando hablamos de mantener una buena actitud, no se trata de intentar ser positivos todo el tiempo, se trata de que podamos aceptar y conectar con nuestras emociones y pensamientos de forma constructiva para poder aprender de ellos y dar paso a nuestros valores.

#Voluntad

“Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad” – Albert Einstein

La fuerza de voluntad es el motor que nos empuja a conseguir nuestros objetivos, permitiéndonos ir hacia adelante a pesar de las dificultades del camino. Se nutre de la motivación y la ilusión, que en este juego de palabras serian el combustible.

De nada sirve soñar con alcanzar una meta si después no somos proactivos a la hora de ejecutar el plan de acción, es decir, no somos constantes y perseverantes en la consecución de objetivos.

La voluntad se entrena a través de la repetición de acciones que requerirán mucho esfuerzo en el inicio hasta que finalmente se convierta en un hábito, y aprender a crear nuevos hábitos hará que nuestra voluntad y compromiso con nosotros mismo aumente considerablemente.

#Hábitos

“Somos lo que hacemos repetidamente. La excelencia, entonces, no es un acto, sino un hábito” – Aristóteles

El hábito juega un papel crucial en esta fórmula, ya que los hábitos finalmente definen nuestro estilo de vida mental y físico. Por ello, a pesar de ser el último eslabón de esta cadena es uno de los más importantes, ya que sin él todo quedaría en el intento.

En cuanto a los hábitos saludables os podréis imaginar la variedad y cantidad que podemos encontrar, además de todos los gustos y colores, pero a pesar de ser algo muy personal, hay una serie de conductas comunes que suelen darse en personas altamente resilientes, y entre ellas os destaco las siguientes:

• Son curiosos con sus emociones y en general. El aprendizaje y el conocimiento es continuo, lo que les permite pensar fuera de la caja, encontrar nuevas opciones y/o ver las cosas con un punto de vista más objetivo o diferente.
• Están dispuestas a cambiar de opinión, lo que les permite ser más flexibles a la hora de afrontar situaciones y aprender.
• Son creativas y la creatividad conduce a salir de la “zona de confort”, por lo que se exponen con regularidad a entornos desconocidos.
• Aceptan la vida tal y como es. Saben fortalecerse a través de los obstáculos que se encuentran en el camino.
• Tienen objetivos a largo plazo y se toman tiempo para reflexionar sobre ellos.
• Hacen ejercicio ya que les permite mantener y mejorar la salud mental y física.
• Tienen sentido del humor, saben reírse de si mismos y bromear con la adversidad, lo que les facilita superar los problemas.

Y ahora…

¿Qué cualidades debes entrenar y qué hábitos debes incluir en tu día a día?